Lo decimos mucho y lo decimos siempre con sinceridad: la suerte que tenemos con nuestros novios es difícil de creer. Que unos desconocidos te den tan buenas vibraciones desde el principio, que te inviten a disfrutar de su día, no sólo como una jornada de trabajo sino también como una celebración, y que te hagan sentir entre amigos desde el primer momento es algo que nunca nos cansaremos de agradecer y que siempre, siempre beneficia a nuestro trabajo, algo que creo que de verdad se nota en nuestras imágenes. Capturar los abrazos, las miradas y los besos con una sonrisa propia en los labios, incluso cuando pasan de las diez horas de no quedarte quieta ni un momento para no perderte nada, bromear con los invitados como uno más… Trabajar así es un privilegio.

En este caso, además, la maravillosa Lorena venía con grandes referencias: siendo amiga de Cecilia no podía ser menos que encantadora, y siendo yo la encargada de capturar ese día no podía menos que intentar estar a la altura de todos los ingredientes: unos novios encantadores, unos invitados de escándalo que me encantó conocer un poco durante la cena, una localización espectacular, el primer traje de novia, de Cortana, que me ha provocado ganas de buscarme un altar, una decoración preciosísima diseñada con mucho mimo por los chicos de La Cebra a Cuadros, a los que tenía muchas ganas de conocer… Una mezcla increíble que provocó que lo pasara pipa durante la boda y lo pasara casi igual de bien delante del ordenador, dando saltitos de emoción cuando editaba mis imágenes favoritas.

Lorena y Tito: sois la pera limonera. ¡Gracias por contar con Días de vino y rosas! ;)

Novia: Cortana // Canotier: Lucía Be // Zapatos: Chie Mihara // Peluquería y maquillaje: Netta Fernández // Lugar de la preparación: Hotel Asturias // Lugar de la celebración: Palacio de la Concepción // Catering: Los Urrieles // Decoración y ambientación: La Cebra a Cuadros // Ramo y arreglos florales: Flores Pando //